Acostumbrados a resaltar nuestros defectos en las acciones del otro, solo hacemos enfrentar espejos que multiplican un sinfín de emociones dañinas, que invaden los cuerpos atravesando límites, que sin saber dejan un sabor amargo.
Si en cambio, resaltamos en el otro sus aciertos, sumamos un eslabón más a las relaciones entre seres, solo enviando luz a lo bueno, para beneficio de todos.
Las buenas noticias hoy en día, están en la sombra, presos de agentes manipuladores que anulan el ser, utilizando el medio de vida, comunican denigrando al individuo.
Dejemos hacer, a pesar de los errores o equivocaciones, que trae aparejado la acción y contribuyamos a mejorar este legado de vida, que merece que lo honremos, para que nuestra existencia trascienda con la esencia de lo sagrado, el amor...
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