viernes, 5 de junio de 2015

Rara vez...

Esa extraña naturaleza que embargaba su alma
indescifrable para muchos, aún para quien la amaba.
Sórdido motivo naufragaba sin ancla
empujados por la bravura de la marea de vida.

Quizá asomaba dibujada una sonrisa, 
en un rostro llevado por corceles
de esbelta figura, que atraían con su galope
los minutos, las horas, los días...

Su vida encriptada por el hechizo
de algún destino tirado a su antojo
que sólo marco, una infancia en donde
los jinetes mostraron sus tridentes.

La causa fue, el clarín despierta,
con un amor inconmensurable
un arco iris brillante que envuelve
las sombras que aún ambulan en el desván...


Paz y amor en nuestros corazones!

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