Cuando las horas, se detengan en mi camino,
encontraré ese lugar, en donde los sueños
se pierden, en la morada de los duendes,
que se ufanan, de sus estallidos.
Soltaré la quimera, que les apetece
para conformarlos, diligentemente.
Como si sus fuerzas, estacaran,
sosteniendo la cítara ,en sí agudo.
La melodía, recorre las cavernas,
y el eco, de la inmensa soledad...
llena de poderosa luz, mi pensamiento
que anhela, otro día más, para el encuentro.
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