En el andar por los caminos de la vida, a veces, tropezamos con piedras, que tambalean todo a nuestros pies, y sentimos esa necesidad de aferrarnos a algo para encontrar, la estabilidad.
Algunos instantes nos parecen eternos, y difíciles de olvidar esos que están cuando la desdicha golpea a nuestra puerta.
Es allí donde debe salir de tu interior, tu Dios, ese guerrero que presenta batalla y te da el aliento para continuar, El te dice: "tú puedes...no me vas a defraudar" y manda a sus ángeles, que si abres tu corazón te sostienen con mensajes de amor.
Estás acompañado, búscate y hallarás, un sinfin de razones para volver a sonreir...y avanzar
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